¿Somos iguales o no somos iguales?
Acoso sexual callejero, narrativas patriarcales y lo que piden las pibas.
•×Andrea Sosa Alfonzo
[Voces contra las violencias]
©Fotos de portada de Nadia Sur
La diputada electa por La Libertad Avanza, Lila Lemoine, cuestionó nuevamente a las mujeres que denuncian el acoso sexual callejero argumentando que “banalizan el abuso” y que su intención no es “atacar a las mujeres sino defender a los hombres”. Con la sanción en 2019 de la Ley 27.501 que penaliza este tipo de violencias de género en el espacio público y en espacios como boliches, transporte público y comercios, Argentina se convirtió en uno de los 177 países de los 189 que integran la ONU que firmó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer con una legislación específica contra el acsoso callejero.
El acoso sexual callejero, es la violencia contra las mujeres en el espacio público, y según la ley Ley 27.501 consiste en las acciones físicas o verbales con contenido sexual contra una persona que no quiere participar de esas acciones. El acoso sexual se basa en el género o en la identidad sexual de la persona que sufre el acoso. También se aplica al acoso en espacios privados de acceso público como, por ejemplo, un centro comercial, un teatro o un bar. Es considerado acoso callejero desde comentarios sexuales, fotografías y grabaciones hechas sin tu consentimiento, el contacto físico indebido y sin tu consentimiento; la persecución o arrinconamiento; la masturbación; mostrar partes íntimas del cuerpo; los gestos obscenos. Para realizar una denuncia, debes considerar que cada jurisdicción tiene su propio canal de recepción de la misma. La persona que acosa sexualmente a otra puede ser sancionada con una multa, la obligación de hacer trabajos para la comunidad o el arresto.
Línea 144 de atención por casos de violencia de género.
brinda información, orientación, asesoramiento y contención por situaciones de violencia. Podés llamar desde todo el país, los 365 días del año, las 24 horas y de manera gratuita y anónima.
El acoso callejero no es un “piropo”
Es una forma de violencia contra las mujeres que debe ser prevenida y erradicada de la sociedad, estableciendo en forma expresa el respeto a mujeres y niñas en los espacios públicos.
Recuerdo que hace unos años atrás en una reunión de amigas, diez de diez relataron haber sufrido algún tipo de acoso callejero desde los once años en adelante. Ninguna denunció. En la mayoría de los casos porque aún no existía la Ley 27.501 que sanciona el acoso callejero, y fue agregada en 2019 como parte de la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres.
La cuestión es que el acoso callejero es una de las formas más naturalizadas, invisibilizadas y legitimada de violencia contra las mujeres. Por este hecho, y por ser el primer eslabón de la cadena de violencias de género instalado culturalmente, plantea una relación desigual de poder entre los géneros.
En esa reunión de amigas, muchos de los comentarios que surgieron entre lágrimas cuando se recordaron acontecimientos de acoso en la vía pública o en espacios privados de acceso público como un boliche, el transporte público o un comercio, se puso en debate cómo nos sentimos: amenazadas, intimidadas, sometidas, inferiores, en esa charla se aseguró que fueron experiencias que quedaron en nuestras memorias y condicionaron nuestras formas de movernos en los espacios públicos, la mayoría de las veces, con sentimientos de humillación y vergüenza sobre nuestros cuerpos.
A pocos días de su jura como diputada por la provincia de Buenos Aires, Lila Lemoine habló con IP Noticias sobre sus expectativas respecto a su trabajo en la Cámara baja. En dicha entrevista, se refirió nuevamente a la violencia de género y relativizo el acoso callejero. La electa diputada aseguró que el problema de la ley 27.501 que sanciona el acoso callejero, es que “por un piropo, un hombre puede ir preso”.
La periodista Mariana Verón le retrucó que eso no era verdad ya que las mujeres no denuncian ese tipo de situaciones y que “el piropo es parte del acoso callejero”, por ese motivo la ley, permitía protección ante situaciones de violencia.
https://x.com/somoscorta/status/1736432830173872251?s=20
Pero Lemoine insistió en reforzar que le dolían (sic) “las falsas denuncias y la banalización del abuso”. Posteriormente aclaró que los “hombres no son violadores” e instigó a las mujeres a que hagan “denuncias en la comisaría” pero que “no vayan al hospital a pedir el aborto” ante situaciones como por ejemplo, una violación.
Sin embargo, según las estadísticas del Ministerio Público Fiscal (MPF) en los últimos cuatro años se registró un incremento de causas iniciadas del 168%. En 2020 en un escenario de pandemia los casos fueron de 5.350 mientras que al año siguiente pasaron a 9.771, según el MPF.
Verón le consultó si su propia experiencia como víctima de violencia de género podía moderar su discurso antifeminista, pero Lemoine respondió que “había que reforzar las leyes” ya que “hay mujeres con mucho resentimiento”. Finalmente aclaró que su posición no residía en “atacar a las mujeres sino por defender a los hombres”.
En los últimos años desde que existe la ley, muchas actrices y cantantes se han manifestado en contra del acoso callejero concientizando a las/les jóvenes con un llamado a la acción que genere un cambio cultural: basta de “piropos”.
En una encuesta de 2022 realizada por el Observatorio Mumalá, El 94% de las personas mencionó haber sufrido alguna forma de acoso sexual en la vía pública. Según datos del Observatorio de las Violencias y Desigualdades por Razones de Género (OVyDRG) del ex Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, entre el 22% y 25% de las consultas recibidas durante 2022 y 2023 en la Línea 144 refieren a situaciones de acoso sexual callejero. El 25.9 % de las personas tienen entre 25 a 34 años, mientras que el 15.7% tienen entre 15 y 24 años. El 98.3% de las consultas refirieron que el género del agresor es varón.
∆ {Curaduría por Equipo Circular}