jueves, 4 de julio de 2024
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Frigerio, el que destronó al justicialismo entrerriano

¿Cómo será la nueva Entre Ríos? Perdió el peronismo, cambió la política.

•×Juan Pablo Scattini

[Entre Ríos y política]

 

© Ilus de Nadia Sur*

 

La victoria de Frigerio en Entre Ríos dejó una mueca histórica para el peronismo que exige una revisión político partidaria. El nuevo gobierno promete austeridad y reforma del Estado. El desenlace de la crisis en JXC es la piedra en el zapato.

 

Rogelio Frigerio es el nuevo gobernador de Entre Ríos. El exministro del Interior logró algo que parecía casi impensado, destronar al justicialismo provincial luego de veinte años. También algo inédito: convertirse en el primer mandatario que no es peronista ni radical, abriendo paso a la incógnita respecto de cómo es el comportamiento de un dirigente del PRO al frente de un Poder Ejecutivo provincial, con escasas referencias para tener en cuenta. Acaso lo más cercano sea lo de Horacio Rodríguez Larreta, que usó sus dos gestiones en Ciudad de Buenos Aires como trampolín para su (frustrada) aspiración presidencial, algo que también podría leerse en la figura del electo titular en la Casa Gris. En el contexto crítico que atraviesa Juntos por el Cambio, estos datos toman nuevas dimensiones en lo que se anuncia necesariamente como un cambio de caras, si es que  Juntos por el Cambio (JxC) quiere volver a ser competitivo en el plano nacional. 

La elección del domingo 22 de octubre no fue una más. Juntos por Entre Ríos y Más para Entre Ríos llegaron a los comicios luego de unas PASO donde las cosas, al menos desde el sector de Frigerio, no habían salido como se esperaban. Primero, con elecciones unificadas, cuando esperaba desdobladas. Luego con Adán Bahl, el aspirante justicialista, sacando más votos en términos particulares y trastocando el primer objetivo del exfuncionario nacional de Cambiemos: ser el más elegido. Eso lo obligó a recalcular su relación con la Unión Cívica Radical (UCR) en dos sentidos: en uno más general, luego de elegir a una outsider militante correligionaria -aunque recientemente afiliada- como Alicia Aluani acompañándolo en la fórmula de vicegobernadora, marginando a nombres de mujeres del centenario partido que sonaban muy fuerte para el lugar; y por otro lado, reconstruyendo los puentes detonados con Pedro Galimberti, que se vio obligado a competir con una boleta corta, dado que los dos candidatos presidenciales de JxC, Larreta y Patricia Bullrich, optaron por un pegado exclusivo con el dirigente del PRO. A partir de allí, cimentar una campaña cuyo eje debía ser convencer a un electorado que aparentemente creyó de antemano en el bolsillo y que ahora parecía podía darle la espalda. No obstante, la coalición opositora corría con una venta no correlativa de cincuenta mil votos, lo cual llevó un poco de tranquilidad para encarar el segundo tramo en búsqueda de voluntades. 

Hasta agosto la retórica frigerista pasó por el mano a mano con la gente, escuchar sus problemas, oír sus desencantos, estar presente y brindar esperanza. Lo que el candidato llamó “problemas que le quitan el sueño a los entrerrianos” fue entonces el eje de su propuesta, la base sobre la cual desarrolló una serie de iniciativas vinculadas a la salud, la educación, la inseguridad, el deporte y la transparencia del Estado. No obstante, urgido por un electorado que podía virar hacia la derecha más extrema, el último trecho de su sprint proselitista por los 17 departamentos entrerrianos, lo encontró usando otras estrategias, en las que habló de un “pacto democrático” que debía “renovarse” entre la población y la dirigencia, donde mencionó “privilegios”, en el que acusó “despilfarro” y donde no se refirió a funcionarios particulares, sino que habló de “la política”. Leyendo, tal vez, un posible crecimiento de Javier Milei, decidió centrar sus actos enunciativos en lo que el economista libertario llamaría “la casta”, en su afán de no perder sufragios que podían ser vitales. 

Consumada la victoria del último domingo, el nuevo gobernador no perdió tiempo y agarró la lapicera -aún virtual- para adelantar que en su gestión reinará un concepto que cree que se ha perdido: austeridad. Dijo además, sin medias tintas, que se viene un “ajuste político”. “Vamos a reformular el Estado. Debemos ser el gobierno más austero, así que vamos a revisar costos, especialmente los que no le llegan a la gente. Están vinculados con privilegios y los vamos a cortar. Los vecinos están cansados de la falta de empatía con lo que está pasando, en uno de los peores momentos de la historia. Debemos acompañar haciendo un ajuste, reduciendo cargos que han venido creciendo exponencialmente”, explicó desde el Hotel Mayorazgo de Paraná en una conferencia de prensa el lunes al mediodía. Días antes, había enviado un comunicado informando su Plan para una Entre Ríos Moderna, anunciando ingreso al Estado por concurso, Ley de Ficha Limpia, Boleta Única, Extinción de Dominio y ponerle fin a los gastos reservados. También tocó un tema sensible: los contratos legislativos. Prometió bajarlos a un tercio. Es sabido además que posiblemente se lleven auditorías en entes descentralizados, como Enersa. También se aguardan revisiones en la División Provincial de Vialidad (DPV). ¿Hasta dónde llegará el plumero?

Los roles claves de la legislatura y las intendencias

No será fácil asimismo para Frigerio aprobar su paquete de leyes en la Legislatura, donde si bien ahora tendrá 18 diputados, el peronismo será la primera minoría (12) y los libertarios contarán con cuatro bancas. Pese a que el quórum y la mayoría le son propios allí, no podrá decir lo mismo en el Senado, donde 9 de los 17 escaños quedaron en manos del justicialismo. Con sorpresas, como el de Paraná, posiblemente beneficiado por el buen arrastre de Sergio Massa y Adán Bahl en todo el departamento, que incluso alcanzó para retener la Intendencia de la capital con la actual ministra de Gobierno, Rosario Romero. Ese apartado abre un nuevo frente, el de los intendentes: deberá negociar con jefes comunales justicialistas fuertes en territorios importantes, no sólo con Romero, sino que también deberá hacerlo con perfiles fuertes como el de José Lauritto en Concepción del Uruguay y Ricardo Bravo en Federación. 

En la previa del traspaso de mando, el electo gobernador deberá enfrentar dos cuestiones que son claves dentro de Juntos por el Cambio: la ausencia de una referencia fuerte luego del domingo y la posición que adoptará su espacio (ya quebrado) frente al balotaje Sergio Massa – Javier Milei. En el primer item parece cobrar protagonismo sus primeras declaraciones como  “reconfiguración de liderazgos” y el rol de los gobernadores de la coalición, con quienes se reunirá por estas horas. Sobre el segundo tema, prefirió la mesura: tiene buena relación con el libertario, pero no se lleva mal con el líder del Frente Renovador. Hábil, sólo se limitó a decir que no son lo mismo, aunque evitó ahondar en sus diferencias. A la espera de una determinación de sus socios radicales -que ya adelantaron en conferencia de prensa que con Milei no quieren nada- sólo resta saber cómo se resolverá la compulsa entre el ala dura y el ala blanda del PRO. En esta última parece enrolarse el nuevo mandatario entrerriano. 

 

∆ {Curaduría por Equipo Circular}


CRÉDITOS
Nadia Sur*  es fotógrafa aficionada, está terminando la Lic en Artes Visuales en la UNA. Vive en Cañuelas. Es una de las nuestras e integra el Staff de Circular
Instagram: @nadia.sur

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