miércoles, 29 de octubre de 2025
Juguetes perdidos

“No podemos acostumbrarnos a esto”

La cultura y la política, o viceversa.

[Lo que importa]

•×Andrea Sosa Alfonzo

© Lali Espósito RS Fotos

Si ves la imagen de portada podría ser un banner de campaña electoral. Y es que los territorios culturales y políticos dialogan hace mucho tiempo, se mixean y piden a préstamo tonos y enunciaciones. Donde hay un presidente, hay un cantante; donde hay una cantante, hay un discurso político. Hace pocos días, el Presidente Javier Milei presentó su libro cual rockstar en el Luna Park. Y Lali, bueno, Lali. Los territorios están mimetizados. Ambos estuvieron en el ring, fueron televizados, stremeados, editorializados, y viralizados en Redes Sociales. Se enfrentaron en la batalla de las palabras y podríamos decir sin dudarlo quién va ganando. Lali Espósito es el artífice de un tejido que ya se ensayó otras veces en nuestra historia cultural y política, es la que hoy corre los límites, pone el deseo en donde antes había formalismos, y no duda en cargar de ideología cada estrofa de sus canciones y cada cámara que la mira.

La artista que acumuló tres galardones sobre las siete nominaciones que recibió: fue premiada por su videoclip “Quiénes son?”, su álbum “Lali” y “Obsesión”, la canción del año, llegó al escenario naciendo desde el público, acompañada por drags, bailarines y personas de la comunidad LGBTTIQ+ que llevaban las banderas de Argentina, del orgullo, intersex y bisexual. La madonna criolla, sudaca, rea, diversa, lo hizo una vez más:

“No quiero dedicar el premio, porque es una tontería, al final de cuentas, a comparación de esto que quiero mencionar. Quiero dedicar un momento a Pamela, a Mercedes, a Andrea y a Sofía, víctimas del lesbicidio en Barracas”. Se refiere al lesbicidio de tres mujeres de las cuatro -el ataque también incluyó a Sofía, quien se encuentra en recuperación-, que fueron prendidas fuego mientras dormían en un cuarto de pensión en Barracas, y que conmocionó a la sociedad por su nivel de crueldad y odio.

 

El arte y la política

Los medios dedicados a la moda fijaron su atención en el estilo que Lali llevó a la Gala de los Premios Gardel 2024 con un outfit naked que “deslumbró en la alfombra roja” pero su pelo recogido por momentos, el cuello alto del encaje, el escaso maquillaje que resaltaba su mirada potente, el gesto político de una mano en alto que se repitió en varios momentos de la noche, el cuerpo ceñido por un corset la acercó a una mística evita, a una figura que también emergió desde un territorio cultural y politizó la escena nacional con su presencia un poco glam de los cincuentas de la mano de Christian Dior, Marcel Rochas y Jacques Fath, la mejor pasarela de alta costura internacional que le abrió las puertas sin dudarlo. La única reina que vestí fue Evita, dijo Dior. Evita, la reina de los pobres. Lali bucea entre lo gestual del pasado y del presente, entre Evita y Madonna, íconos de territorios que dialogan porque lo personal es político.

Si el Estado es ineficiente en la prevención e irresponsable en la promoción de discursos xenófobos, ¿cómo se sigue? El presupuesto para prevenir la violencia de género se redujo en un 65% impactando en programas como Acompañar y la Línea 144.

Un escenario de la cultura nacional en Puerto Madero o en Villa Crespo. Un micrófono para el HorrorShow o para una reparación. Una red del afecto. La eliminación de organismos de prevención de delitos y violencia contra las mujeres y disidencias,  es una política del ahorro para mejorar el superávit que será anunciado por cadena nacional en un clima de deterioro de la vida social. La asuteridad promete un mundo mejor, ¿pero cómo se logra con tres, cinco, siete mujeres menos? El odio es un déficit social, dice la periodista Luciana Peker. Por eso Lali, es la reina de la calle, de esas voces que necesitan microfonearse. “No nos acostumbremos a escuchar estas historias” es un mensaje generacional.

Lali Espósito fue perseguida por ejercer con libertad su arte y sus ideas. Por reafirmar que el presente es la disputa por el lenaguaje. Y ante la repitencia que instalan los conservadores de ultraderecha sobre la idea de que el “masculinicidio” es un problema de igual índole que el femicidio (Ley 26.548) la reina de ahora, la comandanta, la de esta imagen que tiene fuerza icónica y discursiva, dice que no le importa “si la palabra lesbicidio está en la Real Academia porque está en la calle”. Digamos lo que importa.

∆ {Curaduría por Equipo Circular}

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *