domingo, 12 de octubre de 2025
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¿Y vos de qué te reís?

Un personaje icónico y necesario en un presente que nos hace gritar

[Cultura popular]

•×Javier Alejandro Gauna

© Fotos Esperando la carroza

Al parecer Susana nos hizo creer que Mónica Villa es una persona real. Se dice que esa tal Mónica nació en Parque Patricios y que en su haber tiene varias apariciones en teatro, televisión y cine. Pero yo no estoy tan seguro. Porque para mí la única persona que verdaderamente existe es Susana, y ella es muy honrada, jamás inventaría una cosa así.

No debe haber mujer más representativa de la idiosincrasia nacional; completamente saturada, cansada, harta, al borde del colapso nervioso. Susana encara el mundo cargando una criatura en brazos, un marido sin carácter, una suegra con salud deteriorada, una familia política que la desprecia y una pobreza que la atraviesa. Y sin embargo, navega la vida como puede, sin ocultar sus fragilidades, expresando abiertamente lo que piensa porque ella es un tanque, una fuerza sobrenatural.

Su rostro tenso, la ropa simple, las venas a punto de estallar. El arquetipo de la lucha diaria de quienes no tenemos ventajas en esta sociedad desigual. Ella no pedía mucho, quería paz, pero más que nada reclamaba por un momento de tranquilidad para disfrutar a su familia sin tener que cargar con más peso del que ya tenía. Al fin y al cabo ¿no es eso lo que todos necesitamos? Hay un clamor contenido en el fondo de esa mirada de ojos saltones, una furia ante la injusticia estructural. Esa familia representa una sociedad, un país. Sin embargo Susana se niega a agachar la cabeza como se lo ordenan, ella no quiere quedar última en la escala de prioridades. Su voz merece ser escuchada.

¿Pero cómo lograr que sus reclamos lleguen a destino cuando la palabra de los pobres y marginados es ignorada? Susana usa la única herramienta que la naturaleza le dio gratis: el grito. Y vaya que se hizo oír, porque luego de demasiado tiempo pidiendo de buena manera llegó el punto donde no queda otra. “¡Quieren dejarse de joder!” no fue sólo una súplica, también fue una advertencia. No jueguen con los pobres, porque no tendremos recursos para ganar, pero tenemos fuerza y dureza para combatir. Tal vez ella no logró vencer, sin embargo por un instante las voces de sus críticos se acallaron.

Es Susana quien nos mostró que a veces ésta es la única opción. Cada vez que me agarra la rabia por ver el desastre que ha generado esta gente inmoral destruyendo la vida de millones de argentinos, estos crueles degenerados a la cual no se le gana con buenas maneras, pienso en ella, en su hartazgo. Ya va siendo hora de que estos miserables fayutos se dejen de joder, porque vamos a gritar cada vez más fuerte, y las advertencias no serán en vano.

Tal vez haya por ahí una actriz llamada Mónica Villa. Si es real debe ser la mejor artista del mundo, porque logró engañar a muchos haciéndoles creer que Susana era sólo un personaje de ficción. Yo sigo convencido de lo contrario, porque cuando la vida se pone complicada y como sociedad dejamos pasar tremendas atrocidades, lo único que se me viene a la mente es aquel momento donde Elvira le pregunta: “¿Y vos de qué te reís?” Susana, mirándonos a los ojos con una mirada que penetra hasta el fondo, nos dice: “De vos, de todos, de nosotros me río.”

 

∆ {Curaduría por Equipo Circular}

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