jueves, 10 de julio de 2025
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La que parió agallas

Por estas horas, la condena y proscripción de CFK, ejercida por el Poder Judicial, está teñida de datos y de mística popular. Negarse a la servidumbre, es la afirmación política que reclama la época. 

[Cristina, poder judicial, antiperonismo, organización popular, democracia]
  • × Ani Alegre y Andrea Sosa Alfonzo

  • © Créditos de fotos: Nadia Sur

Estamos siendo parte de un proceso histórico, uno de los actos más aberrantes de la historia contemporánea de nuestro país con un procedimiento judicial repleto de irregularidades. No hay pruebas, no hay auditoría, ni testimonios que comprometan a la figura de Cristina con el delito. Lo que se evidencia en cambio, es disciplinamiento, bronca y venganza hacia una mujer arquetipo de un proyecto político colectivo, transversal, humano, que le transformó la vida a millones de argentinos y argentinas. La proscripción a CFK se lee en nuestro ADN a través de todos esos intentos por borrar las luchas populares y colectivas pero a la vez se abre una nueva temporalidad organizada donde las mayorías se enfrentan otra vez al desafío de reinventarse. ¿Cuáles son las conquistas de la mujer que irá presa diez años después de ser presidenta? 

Un fallo que al final, salió.

Tras la condena -seis años de prisión e inhabilitación de por vida en la causa denominada Vialidad-, la imagen positiva de Cristina Fernández, creció. El peronismo se re ordenó, el pueblo montó una guardia inclaudicable frente a la puerta de su casa. Las y los jóvenes movilizados escriben revancha. La condena a CFK también cristalizó, de acuerdo a las encuestas más recientes, la grieta peronismo-antiperonismo con Javier Milei como máximo expositor de la derecha.  Del otro lado, la Corte Suprema, la mejor versión de la casta, amasó pacientemente durante años el sueño de ver presa a CFK aunque los peritajes comprobaron inconsistencias en la acusación. Una condena por omisión y no por acción que sienta jurisprudencia para tramitar otras condenas, dicen en los entornos jurídicos. Por eso se señala que este fallo no es judicial, es político y es parte de un entramado amplísimo que está dando el poder real contra las fuerzas sociales y políticas que tienen territorio y posibilidad de generar una oposición más o menos frontal a sus intereses de dominación absoluta. 

“Ella no aceptaría un indulto, porque eso es aceptar que la condena tenía alguna legitimidad y la condena esta es brutalmente aviesa, no hay nada, absolutamente nada, ni una prueba que pueda significarle alguna condena, es atroz, es una prueba diabólica como dirían antes los antiguos juristas”, enfatiza Dora Barrancos en diálogo con Circular.  La investigadora, socióloga, historiadora y educadora Argentina, nos ayuda a pensar este escenario destacando la evidencia: que hay un empeño vengativo para ella por parte de quienes persisten en la idea de querer verla con la indumentaria a rayas.

Mientras tanto, lo que sí prosperó fueron los equipos de fútbol entre jueces, el PRO y los magnates empresariales; y las tarjetas VIP. La historia de dádivas de los tres jueces que integran la Corte Suprema, dos puestos por Mauricio Macri y uno que integra el círculo rojo (Horacio Rosatti,  Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti) podría remontarse a 1982 con la causa por estatización de la deuda privada de la familia Macri, y hasta el 2017 con la causa Ara San Juan. 32 causas judiciales tuvo la familia Macri durante 40 años. El vínculo con la Justicia y con los sectores empresarios no le sirvió a Macri para ser reelecto, ni para evitar la muerte política, sino para ganar impunidad y negocios.

Se niega la desigualdad de género pero Argentina es tal vez el único país con una Corte de tres miembros hombres, metáfora de las juntas militares de la dictadura. “Lo que hasta los años 70 protagonizó el partido militar sufrió una mutación, ahora se trata del partido judicial, ya no los mandan a la Escuela de las Américas para aprender a reprimir, los mandan a cursos de derecho en Miami, en Washington”, señaló CFK días atrás. Cambiaron las estrategias pero no la matriz. Esa Corte usurpa de manera vitalicia el poder omnímodo de dictar sentencias definitivas y a la vez ponderar la constitucionalidad de las leyes sancionadas y promulgadas por los poderes legitimados por el voto de las mayorías.

Hablamos de lawfare y entendemos a la vez que  no es simplemente una estrategia judicial para corroer liderazgos populares como el de Cristina, sino el modus operandi de gobierno mismo del liberalismo antinacional. No vemos las clásicas dictaduras, lo que hay es proscripción, persecución. Hubo también una bala que no salió. Hay un montaje de poder que pretende decirnos quién puede participar políticamente en la vida democrática de nuestro país y quién no.

 

Argentina con Cristina: peronismo o antiperonismo

El lema no es casual, es la principal líder política viva en la historia reciente de la Argentina y de América Latina, pese a quien le pese. Cinco kilómetros separan el departamento de Cristina Fernández de Kirchner de los tribunales de Comodoro Py, recorrido que van a realizar las multitudes que por estas horas el peronismo logró acordar en  una histórica demostración de organización y fuerza para marcar límites al poder judicial, empresarial y político. Mayans, vicepresidente del partido Justicialista, pide no circunscribir la movilización a la detención y proscripción de CFK, sino ampliarla al daño social que generan las políticas de ajuste de Javier Milei. Fue la propia Cristina quien señaló textualmente: “por lo que nos condenan es por la distribución del ingreso”; “el poder judicial está tomado por la derecha mafiosa que es el macrismo y por el sistema de medios hegemónicos”. La concentración de la riqueza es señalada por Cristina como el factor principal de la obturación democrática que atravesamos y en consecuencia, el fallo es un brazo operativo de esa concentración. 

“Hay un boomerang, la historia no da lecciones, yo estoy segura de esto. Lo que sí da la historia son algunas cuestiones que tienen similitud, si se repite ya se sabe. Hay una gran figura política del SXIX que dice que la historia se repite como tragedia, entonces nada de eso va a ocurrir en el sentido de esa profecía. Lo que creo es que Cristina tiene unas agallas extraordinarias y que está dispuesta a lo que venga, no hay forma de doblar su dignidad”, remarca Dora considerando que el peronismo y el campo popular advierten que es una oportunidad para el abrazo popular que coincide con el llamado que hizo CFK el día de la sentencia “volvamos a ser militantes políticos”. 

Cristina representa la posibilidad de ascenso social más cercana en el tiempo que haya conocido la historia de nuestro país. La confluencia en su apoyo, el hecho maldito de un país derechizado, quizás sea el resultado de la precariedad social a la que asistimos, empapada de odio, hambre, alimentado de individualismo y desangrado de odio antiperonista en el que los perpetradores del eterno retorno del vaciamiento y el desguace del Estado se frotan las manos calculando su próxima jugada maestra para sacar del medio a quien tenga el coraje de interponerse en sus planes.

Cristina es el arquetipo, la lengua y el cuerpo bailando en el balcón y no se lo van a perdonar. La derecha, el antiperonismo disfrazado en un fallo no le va a perdonar haber sembrado en la conciencia de todo un pueblo, jamás lo harán. No pasarán por alto la significancia que tiene la imagen de una Argentina distinta con igualdad, movilidad social ascendente, obreros en las universidades, salud pública, derechos humanos, diversidad. No le van a perdonar ser mujer ni el amor que le tiene un pueblo.

¿Por qué ahora? Una condena que suena como una advertencia

Los movimientos sociales, populares, feministas señalan que esta condena tiene componentes disciplinadores hacia los movimientos y expresiones políticas que enuncian la justicia social en una época de saqueo, empobrecimiento y odio, así como componentes machistas de los varones enojados trabajando para el capital. Nancy Pazos dijo en su programa de radio: “Magnetto hoy se levantó con la pi&%ja parada”, al día siguiente del fallo. Seguramente. Lo cierto es que la proscripción reavivó una memoria política y popular que se desplegó en un arco mucho más amplio que el del peronismo donde la pregunta sobre qué hacer, no arroja una respuesta inmediata pero sí urgente, no es lineal sino más bien compleja.  

“La condena tiene doble lazo”, advierte Dorita, el lazo infame de la inhabilitación de por vida y el lazo de la condena política que es la condena exacerbada por su condición de mujer. La clase dominante argentina pretende sustraer del juego democrático a líderes cuya legitimidad nace del sufragio popular y del vínculo con las mayorías postergadas y esta persecución a CFK debe leerse en clave feminista y de derechos humanos: no se trata sólo de una causa judicial aislada acá se busca disciplinar, dividir, paralizar y desarticular al campo nacional y popular.

“Hay gente que está celebrando este fallo, hay gente que festeja, como ocurrió históricamente en el antiperonismo. Se ha trabajado sistemáticamente para construir un sentido único en la apreciación de estas síntesis espantosa y brutal de “la chorra”, esa síntesis está ahora muy arbitrada por la capacidad de turno que tiene el desquiciado asunto de que estamos afuera del estado de derecho y todo eso ha sido articulado y comprado por varios nombres y apellidos” opina Barrancos y agrega: “Cristina actúa con una condición notable y es que cuanto más la hostigan, más crece, es así su condición de posibilidad. Ella sabe su responsabilidad histórica, conoce cabalmente cuáles son los resortes de la historia, tiene profunda intuición sobre lo que se espera de su conducta. es cierto que no sería la misma refugiándose en una embajada, lo pudo hacer tantas veces pero no. Acá es a puro cuerpo porque le corresponde históricamente a su trayectoria, a su idiosincrasia, a su capacidad entrañable de responder por algunos principios”.

 

El rol re-instituyente de las mayorías populares

En la charla Dora comparte la idea de que hay una construcción mitológica en el peronismo que no es igual en toda América Latina. Hay una memoria progresa que siempre se entona. “Nuestra construcción tiene una afinidad con esa memoria que viene de tantísimos años, pero no confundir, el presente tiene sus exigencias y tiene sus mandatos y sus desafíos. Creo que va a existir una circunstancia no idéntica para nada, pero dadas las condiciones que tiene nuestro imaginario socio histórico, no tengo dudas de que va a haber una construcción para este presente y por el futuro, sobre todo frente a la destrucción del orden de derechos, a la regresión patética de derechos y no sólo de los derechos de las mujeres y de las diversidades, de todos los derechos”

Es evidente que las vías institucionales están obturadas, pero frente a esto, surgen la calle y la organización como actores centrales. La única manera de sortear este escollo es lo que está sucediendo ahora mismo en la organización popular y la ocupación pacífica del espacio público, que es también el digital y que compromete a refundar una democracia verdadera que le ponga luz a la grieta, que enuncie, que titule real y profundamente quiénes son los ganadores y los perdedores, que evidencie la factura de luz impagable, los recortes en los sueldos y las realidades de los hospitales sin insumos. 

Lo que está en marcha desde hace décadas, es una política sistemática de destrucción del tejido social, del Estado, de la organización territorial, federal, nacional e identitaria. Y, como toda política de exterminio lenta y dolorosa, su peligrosidad reside en la naturalización de ese proceso, en la pasividad de la comunidad, en el individualismo y el silencio apático. “Confío en la capacidad humana para renunciar a la servidumbre voluntaria, porque lo más indecoroso que tenemos los seres humanos es aceptar la servidumbre voluntaria, una cosa es que te la impongan y otra es que aceptes”, dice Barrancos confiando en  que aquí nadie va a aceptar la perpetuidad de la servidumbre voluntaria y el aniquilamiento de derechos humanos. “Eso es lo que está en juego hoy y el peronismo tiene capacidad para lograr esa conducción notable ante este vacío brutal de derechos que estamos viviendo”.

Los obstáculos se multiplican mucho más con este fallo, las exigencias son mayores frente al caos y frente a esta situación clarísima, este ciclo crepuscular de condiciones de regresión y pérdida de soberanía. Los desafíos son energúmenos pero habrá que enfrentarlos y eso requiere una pluralidad de voces participando de un gran frente que es un frente político no solamente un frente electoral. “A mi me gusta mucho lo que ha ocurrido, hasta la izquierda tiene el tono de una conducta a la altura del tiempo, porque la izquierda sabe perfectamente que todo esto es una brutal regresión, es un endelgido propósito que en éste punto y en éstas circunstancias Cristina es inocente, que esa causa está toda fraguada, que no hay ni una prueba, que esa causa además había sido juzgada o sea es gravemente inconstitucional y nos pone fuera del estado de  derecho”, concluye Dora.

El gran desafío del campo nacional y popular es invertir esa matriz. Nombrar a los verdaderos responsables. No es que solamente se trate de Milei o Macri contra Cristina, el verdadero plan es interrumpir la construcción de un país inclusivo y soberano, lo que buscan es inmovilizar al movimiento popular, interrumpir los procesos colectivos de organización, impedirle reconstruirse, pensarse con libertad, rehacer las identidades desde una óptica plurinacional. La proscripción a CFK pretende disciplinar hacia adentro y estigmatizar hacia afuera. Por eso defenderla, no es un acto de nostalgia, sino una afirmación política.

 

 

∆ {Curaduría por Equipo Circular}

 

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