La escuela pública resiste el Pacto de Mayo
La solidaridad social defiende el acceso a la escuela pública como un derecho.
[Educación pública]
•×Mauricio Castaldo*
© Fotos Agmer Uruguay
La situación de la educación pública es profundamente preocupante en Argentina, especialmente en la provincia de Entre Ríos que tras los acuerdos que se cerraron en el denominado Pacto de Mayo entre el gobierno de Javier Milei y la gestión de Rogelio Frigerio, combinaron la precarización del salario docente y el impacto del ajuste económico sobre las comunidades más vulnerables, particularmente familias y niños/niñas, que además atraviesan la gravedad de la crisis social y económica actual.
El informe del docente uruguayense Víctor Hutt, subraya la dificultad que enfrentan los docentes en Entre Ríos, cuyo salario no cubre ni siquiera el 40% de la canasta familiar. Esto no sólo afecta a los educadores, sino también a la calidad de vida de las familias y, en consecuencia, al proceso educativo en general. La realidad muestra que siete de cada diez niños viven bajo la línea de pobreza -según datos de Indec y UNICEF-, y un millón de infancias carecen de alimentos suficientes, es un indicador alarmante del deterioro social.
El pacto neoliberal y sus implicancias en la educación pública se reflejan en la desfinanciación de las universidades que integran el sistema público nacional y en la degradación del trabajo docente, una estrategia que parece buscar desmantelar una de las pocas instituciones que aún mantienen una esperanza de movilidad social para las clases populares. La respuesta de la comunidad educativa y de la sociedad en general ha sido contundente, con movilizaciones masivas y una resistencia organizada que defiende la educación pública como un derecho esencial.
La huelga y las movilizaciones en Entre Ríos, particularmente la que ocurrió el 1º de agosto en Paraná convocada por Agmer y el Frente Gremial, y especialmente la desobediencia civil de estudiantes y familias que decidieron no asistir a clases, demuestran que la educación sigue siendo un valor fundamental en la sociedad argentina. Esta resistencia no sólo se centra en la defensa de los derechos laborales de los docentes que se dio en el marco de la conciliación obligatoria dictada por la Justicia que resultó a favor del gobierno de Rogelio Frigerio, sino también en un reclamo más amplio contra las políticas económicas que profundizan la desigualdad y la pobreza. La solidaridad social defiende el acceso a la escuela pública como un derecho y como la mejor oportunidad para la movilidad social.
Héroes, caídos y villanos de la educación: La lucha por una ilusión
La educación pública ha sido, históricamente, el motor de ascenso social en Argentina, permitiendo a muchas generaciones alcanzar anhelos y construir vidas dignas y productivas en base al trabajo y a una profesión. Es la herramienta que ha permitido a muchos romper con el ciclo de la pobreza y acceder a oportunidades que de otro modo hubieran estado fuera del alcance. Y cada familia que en el pasado no pudo acceder a la educación, por contrapartida, revirtió con esmero la situación de sus hijos/as. En este sentido, la lucha docente en la actualidad, es un legado a esas generaciones futuras.
La narrativa neoliberal que enfatiza la privatización educativa y la reducción del rol del Estado en las garantías de un acceso universal, sembró falsas esperanzas a una generación de jóvenes que, tras la pandemia, quedó atrapada en un mundo plagado de necesidades económicas y sociales. Y resulta preocupante cómo las redes sociales y ciertos medios de comunicación jugaron acá un papel clave en la difusión de un ideario ultraliberal que, en muchos casos, simplificó y distorsionó la realidad. La política de “vouchers” de la campaña presidencial de Javier Milei nunca se materializó como una opción para esos jóvenes que hoy se encuentran más empobrecidos, hambreados y con mayores niveles de exclusión mientras se instala que la educación superior lejos de ser un derecho, se convierte en un privilegio para pocos.
El consumo masivo de contenidos en plataformas como TikTok, hoy las burbujas donde se multiplica el tándem ultraliberal, ha contribuido a la formación de una generación políticamente desinformada y desconectada de un proyecto de país basado en la justicia social y la solidaridad. Sin embargo, algunos están comenzando “a despertar de la pandemia ideológica” confrontados por la realidad de un sistema que no ofrece las oportunidades prometidas. El hecho de que estos jóvenes se unan a sus docentes y a las organizaciones gremiales y sociales en la lucha por una educación pública de calidad es un signo de esperanza y de futuro.
Desde hace cien años la educación pública en Argentina, es la gran palanca de movilidad social aun en contextos de políticas económicas y sociales regresivas. Y algunos datos recopilados, analizan que los casos de deserción se han dado especialmente, en los niveles secundario y superior. A lo largo de la historia, las políticas económicas y sociales han dejado mucho que desear, y aunque se ha hablado mucho sobre la importancia de la educación, las acciones concretas para mejorar las tasas de cursada y egreso, especialmente en los niveles medio y superior, han sido insuficientes. Y es cierto que los programas de finalización de estudios han servido como compensación, una manera de intentar corregir las deficiencias del sistema y de reconocer los límites del discurso político sobre la educación. Sin embargo, estos esfuerzos son apenas parches que no abordan las causas estructurales de la deserción y el bajo rendimiento. La movilidad social ha tenido mucho de heroísmo social, de un enorme esfuerzo de las y los estudiantes y de sus familias para terminar sus carreras.
Las preguntas son urgentes: ¿Cómo sería nuestra situación educativa si hubiera buenas políticas públicas?, ¿cómo sería nuestra educación si la pensamos más allá del mero horizonte económico? En definitiva, necesitamos de un llamado a repensar el papel del Estado y de la sociedad en la construcción de un sistema educativo que no se limite a mantener el status quo, sino que aspire a ser un verdadero motor de cambio social.
La locura prudente del trabajo docente
Los salarios docentes están por debajo de la línea de pobreza y por eso se tradujeron en un trabajo de supervivencia: hoy en Argentina muchas y muchos trabajadores de la educación tienen que tener un segundo trabajo para llegar a fin de mes. Y a pesar de las dificultades económicas, la mayoría de los docentes sigue esforzándose por capacitarse y perfeccionar sus desempeños para dar lo mejor a los /as estudiantes y las escuelas. Sin embargo, este compromiso tiene un costo alto que repercute en la salud y bienestar, en un contexto de fuerte cambio cultural sobre los valores sociales que ingresa a las aulas de la mano de niños/as y familias. En la sociedad del deber que afrontaron las generaciones pasadas, ser docente era una tarea más sencilla que la que imprime la sociedad posmoderna, que si bien es democrática, abierta y plural, tiende a la tensión ideológica que como resultado, marca escenarios mayormente polarizados. En la actualidad, las argumentaciones favorables en defensa de la escuela pública y de los derechos humanos se enfrentan a una comunidad estudiantil que en parte asiste con una mirada social cargada de odio y negacionismo neoliberal reforzada por las redes de la “post verdad”.
En “La escuela bajo sospecha”, el sociólogo argentino Emilio Tenti Fanfani subraya que la escuela, especialmente en el nivel secundario, está atravesada por diferentes demandas contradictorias: se espera que enseñe a leer, a calcular, y a pensar; que actúe como espacio de contención social y emocional, que garantice una comida, que autogestione su sustentabilidad económica, que eduque para la ciudadanía, el trabajo y los estudios superiores. En suma, se le exige construir docentes que referencien a un ídolo popular como el Dibu Martínez y Lionel Messi. Pero en una sociedad destrozada política, económica, social e ideológicamente, estas demandas y exigencias sobre la educación pública, resultan imposibles de cumplir. Aún así, “los milagros educativos” ocurren. ¿Qué desarrollo educativo y social tendríamos con mejores sueldos docentes, con mayor formación, presupuesto educativo y con políticas económicas y sociales cuyo impacto positivo permitan desarrollos menos opresivos?
Eichmann y Cisneros tiktokeando, twiteando y whatsappeando. El pacto del 24 de mayo
La banalidad del mal primero se instaló en las redes sociales, en los medios de comunicación que están subsidiados por el Gobierno Nacional y en los modos de hacer política, después, quiso entrar en las escuelas públicas. La protesta de docentes, estudiantes y familias, es una de las formas para exorcizar este mal ideológico que atraviesa Argentina.
El concepto de banalidad del mal es una idea de la gran pensadora contemporánea Hannah Arendt que integró su trabajo sobre el juicio realizado en Jerusalén, en 1961, al criminal de guerra nazi, Adolf Eichmann, quien se había escondido en Argentina. La autora señala que la lección del caso Eichmann es que una persona común, un simple burócrata al servicio de un sistema político genocida, pudo hacer el mal día a día, sin preocuparse en las consecuencias de sus actos ni de las consecuencias brutales de su obediencia debida.
En la sociedad pospandémica, la banalidad del mal se instaló en las redes, en la política y entró a las escuelas. Por eso el Pacto de Mayo es el pacto que hace el neoliberalismo con la banalidad del mal: porque profundiza el saqueo, el empobrecimiento y la exclusión. Los discursos de “la libertad” y del “esfuerzo” son precisamente, las coartadas del pacto. En tanto que la comunidad docente movilizada tiene hoy como objetivo enfrentarse a esa banalidad sádica y maldita que instala como buitres, la clase dominante.
En este sentido, parte de la lucha política y social contra el ajuste se juega en las escuelas, así como en los lugares de trabajo, en la calle, en las redes y en las instituciones del Estado en sus niveles locales, provinciales y nacionales. En Entre Ríos, la mayoría peronista en el Senado podría ser clave para acompañar las movilizaciones docentes y sociales o por el contrario, jugar un rol de complicidad en la política de destrucción de derechos que ofrece el pacto Milei – Frigerio. Mientras tanto, se espera que los legisladores e intendentes que acompañaron al actual gobernador en su campaña electoral rechacen el aval que hasta ahora parecieran entregar a las políticas de empobrecimiento y saqueo. Mientras tanto se observa con esperanza que en el Congreso nacional una mayoría opositora al Gobierno de La Libertad Avanza haya frenado el aumento de recursos para la SIDE pero la pregunta que surge es si esa única maniobra puede limitar el ajuste salvaje ultraliberal.
La movilización social que hasta ahora se expresó en las calles señala fuertemente al gobierno de Javier Milei, pero cada vez lo hará también sobre quienes tienen la oportunidad y responsabilidad institucional de frenar esta barbarie. El Pacto del 24 de Mayo actual no es más que una referencia a aquél acuerdo donde el Virrey Cisneros organizó con figuras políticas de Buenos Aires, garantizar la continuidad de la política colonial. Pero el potencial de un sistema educativo fortalecido es inmenso y la creciente conciencia educativa y social debate cada vez con más fuerza cuáles son los objetivos de ese pacto.
* Mauricio Castaldo es docente, delegado gremial de Agmer en María Grande y militante de la Corriente Nacional Agustín Tosco
Notas: El análisis salarial de Víctor Hutt puede leerse en Dirigente de Agmer afirma que el salario docente solo cubre un 39,5% del valor de la canasta básica, diario El Entre Ríos de Colón, 11/8/2024. Sobre la pobreza infantil y juvenil, el propio diario La Nación de BsAs lo reconoce en una nota de Silvia Stang, Una Argentina con siete de cada diez chicos en la pobreza y el desafío de la política de ingresos, 18/8/2024. El Informe de Unicef comentado por Adrián Figueroa Díaz en Página 12, Un millón de niños se va a dormir sin cenar en Argentina, 14/8/2024. Una introducción al imprescindible y siempre actual trabajo interpelante de Hannah Arendt en la página filosófica de FILCO a cargo de Amalia Mosquera, Hannah Arendt, destripando el mal, 30/5/2018. Unos apuntes sobre el trabajo de Tenti Fanfani a cargo de Marcela López Cechini en la página chaqueña Tramas. El libro del sociólogo argentino “La escuela bajo sospecha”, editado por Siglo XXI Editores, 2021.-