martes, 21 de enero de 2025
Juguetes perdidos

Simone Biles contra el zapping moderno

De cómo Simone Biles hipnotiza.

[Juegos Olímpicos y consumos culturales]

•×Juan Stanisci

 

© Fotos Simone Biles, Juegos Olimpicos, Paris 2024.

Aunque el viejo zapping de sillón y control remoto haya entrado en fase de obsolenscia, la práctica está más viva que la autoexplotación. Vamos de plataforma en plataforma buscando opciones, pero, nada nos seduce. La posibilidad de encontrar algo mejor en la siguiente búsqueda parece más interesante que lo concreto de ver algo. Ansiedad hasta para ver la tele.

¿Cómo entran los Juegos Olímpicos en esta forma de consumo? Si pones un partido de tenis te perdés la natación. Alcaraz y Nadal juegan en dobles a la misma hora que Las Leonas, mientras se juega la final de seven. Así no hay ansiedad que aguante. YouTube permite ver lo que nos perdimos, pero ¿Lo interesante está en disfrutar aunque ya haya pasado o en ver al instante? ¿De qué sirve ver algo si no puedo hacer un chiste en el mismo momento en Twitter? ¿Somos lo que consumimos? Somos lo que mostramos que consumimos.

Vuelvo a ver los saltos de Simone Biles en la clasificación de Gimnasia Artística de ayer. La atleta estadounidense volvió a los Juegos Olímpicos después de renunciar a los saltos en Tokio 2020 por problemas de salud mental. Recuperar el equilibrio interno para trasladarlo al cuerpo.

Simone Biles es hipnótica. Verla es una trampa, uno deja todo de lado para maravillarse con esa mujer que da vueltas y vueltas y vueltas en el aire. Entiendo de gimnasia artística lo mismo, o menos, que de física cuántica o política en Seychelles, pero observar a Biles supera la razón. Deja el cerebro en remojo. Impacta en lo más básico, emociona. Pero lo que más me llama la atención de ella no es su capacidad para la acrobacia en el aire sino la habilidad en la caída. Volar es humano, aterrizar es divino. Y Biles cae con determinación y elegancia. Es firme y armónica después de girar como un trompo sin más impulso que sus propias piernas. Contundente, como le gustaban los finales a Cortázar.

∆ {Curaduría por Equipo Circular}


Nota publicada originalmente en Lástima a nadie, maestro.

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