El fantasma de la desocupación
Por qué la Ley de Bases explica la crisis de empleo que se viene.
[Empleo en la era Milei]
•×Aldana Denis*
© Fotos Tadeo Bourbon y Tiempo Argentino
Mientras se trató la Ley de Bases en el Senado de la Nación, el Índice de Precios al Consumidor fue uno de los ejes celebrados en el discurso oficialista. Sin embargo hay un dato que explica el impacto que tendrá una de las reformas constitucionales más significativas de los últimos años en el empleo, y son los números publicados en junio por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) respecto al empleo registrado en el sector privado. Se entiende por qué no contó con el mismo protagonismo en el oficialismo: sólo en el mes de marzo se destruyeron 23.012 puestos. Este escenario además, muestra una pérdida acumulada de casi 95 mil puestos de trabajo (94.963) durante los primeros cuatros meses del gobierno de Milei, -sin contar los 21.657 empleos perdidos en el sector público-.
Argentina parece encaminarse a una nueva crisis de empleo. Pero lo cierto es que nuestro país venía en un proceso de recuperación desde las últimas dos crisis registradas en los últimos años. La primera, fue en abril de 2018 tras lo que dejó el colapso del gobierno de Cambiemos con la pérdida de 278 mil puestos. La segunda, comenzó en marzo de 2020 durante el contexto de la pandemia del COVID-19 y significó una pérdida de 198 mil puestos de trabajo. El proceso de recuperación, iniciado en agosto de 2020, alcanzó un máximo histórico de empleo registrado en el sector privado (agosto de 2023) logrando superar los niveles de empleo previos a la crisis de Cambiemos. Sin embargo, los salarios no corrieron la misma suerte. Como puede observarse en el gráfico publicado por CEPA, entre noviembre de 2019 y noviembre de 2023, no se lograron recuperar los 20 puntos de poder adquisitivo perdidos durante la gestión del gobierno de Cambiemos, añadiéndole una pérdida adicional de alrededor de 2 puntos.
Dicho esto, la gestión del Frente de Todos terminó con un fenómeno particular: una tasa desocupación históricamente baja (5,7%) con salarios también bajos. Partiendo de ese escenario, la devaluación y desregulación de diversos sectores económicos que da inicio al gobierno de Javier Milei, implicó la pérdida de 10 puntos de poder adquisitivo en sólo cuatro meses -una caída sin precedentes en tan corto plazo-.
Un país sin industria, obra y comercio, ¿puede funcionar?
La decisión de alcanzar una desaceleración de la inflación vía una profunda recesión tiene a la desocupación como una de sus consecuencias, donde los sectores más afectados son Construcción, Industria y Comercio. Los tres sectores que en Argentina sostienen la masa de ocupación. En el caso de la Construcción, la decisión del Gobierno nacional de paralizar la obra pública implicó que más de la mitad de los puestos destruidos (55.777) correspondan a este sector. El sector de comercio explica el 20% de los puestos de trabajo registrados en la Argentina, por lo tanto, la caída registrada en las ventas (11% interanual en el caso de supermercados) sumada al aumento en los costos que afrontan muchos locales (por ejemplo, en alquiler y tarifas) pone en riesgo una gran cantidad de puestos de trabajo. El sector acumula una pérdida de 5.691 puestos en los primeros cuatro meses de la nueva gestión. Finalmente, el caso de la Industria reviste una preocupación adicional: a pesar de ser el segundo sector más importante en materia de empleo (18,8% del total), parece ausente en el proyecto económico del gobierno de Milei, impactando además fuertamente en todas las proyecciones de las administraciones provinciales. El indicador de utilización de la capacidad instalada industrial que publica el INDEC registró en marzo el menor nivel de los últimos 9 años (53,4%).
A este contexto -y con la importancia en materia laboral que posee el sector-, tenemos que sumar que el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) incluido en la Ley Bases no exige agregación de valor a las empresas que ingresan, ni obligación de venta al mercado interno, ni siquiera la obligación de contratar en la Argentina. Tampoco incluye una política de desarrollo de proveedores locales. Por ende, ¿cuál es el proyecto de desarrollo para la Argentina de Milei y cómo puede afectar en la creación de empleo? En términos de empleo, el Régimen beneficia a sectores que no son mano de obra intensivos y no establece mecanismos para promover un encadenamiento productivo que genere puestos de trabajo. En cambio nuestro país, garantizaría libre disponibilidad del 100% de las divisas a partir del tercer año y exagerados beneficios impositivos con estabilidad durante 30 años.
Eso no es todo. El RIGI también cede soberanía en la resolución de conflictos. Esto significa que, todas las controversias que deriven del Régimen, entre el Estado Nacional y un proyecto de inversión adherido al RIGI, pueden dirimirse a través del Reglamento de Arbitraje del CIADI (Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones) si el proyecto así lo elige, perjudicando seriamente el futuro de Argentina.
Como señala el informe del CEPA sobre la política anti industrial del gobierno de Milei: “Argentina firmó el Convenio del CIADI en mayo de 1991, ratificado en octubre de 1994 y desde entonces mantiene una fatídica historia en relación a fallos adversos. Amparados en los tratados bilaterales de inversión firmados durante la década del 90 (58 entre 1990 y 2001), muchas empresas han denunciado a Argentina tras la salida de la convertibilidad y han obtenido fallos favorables en los tribunales internacionales”. El 88% de estas demandas concluyeron favoreciendo únicamente a las compañías en detrimento de la Nación.
En definitiva, el régimen somete a la Argentina a un esquema de múltiples condicionamientos por -al menos- 30 años para la obtención de dólares frescos en el corto plazo.
¿Desarrollo nacional y generación de puestos de trabajo? Esa te la debo.