La inflación que nos desvela
El índice de precios al consumidor que es un viaje en el tiempo.
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[Discursos VS realidad]
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El INDEC informó la inflación de abril de 2024 y fue del 8,8 por ciento acercándose al dato más bajo que había tenido nuestro país en octubre de 2023 (8,3%). Ràpidamente los meses inundaron las redes.
No es una remake de Back to the Future (Volver al Futuro) de Robert Zemekis aunque parece un viaje al pasado. El discurso sobre la inflación es uno de los datos que más construye realidad sobre la “realidad” que viven los argentinos. Un mismo dato puede construir escenarios desalentadores como esperanzadores. Lo cierto es que desde diciembre la inflación acumuló un 65 por ciento de aumento. ¿Cómo es posible entonces que celebremos una inflación de tan sólo el 8,8 por ciento si ya habíamos alcazado un número menor en Octubre del 2023? Si subimos al DeLorean tal vez lo entendamos. Mientras tanto, el mismo organismo publicó que una familia conformada por cuatro personas necesitó $828.158,19 para superar el umbral de pobreza en abril de 2024, un 307,2 por ciento más que hace un año.
Pero entonces ¿cómo afecta la realidad de los argentinos la baja de la inflación que celebró con tanto entusiasmo el Gobiero nacional? Según el mismo organismo, los gastos de vivienda, servicios públicos (agua, electricidad, gas) y otros combustibles fue la de mayor impacto. El Informe habla de una caída del consumo debido a la suba de precios del 71,2 por ciento de la suba de precios. Las redes están estalladas con imágenes de carretas llenas de dinero para pagar facturas de luz, universidades públicas que tienen a estudiantes cursando a oscuras y almacenes que muestran heladeras vacías.
Uno de los memes que circuló fueron los comentarios del vocero Presidencial, Manuel Adornis en X manifestando preocupación y alegría sobre el mismo dato inflacionario entre octubre de 2023 y abril de 2024.
¿Cómo influyen las narrativas inflacionarias sobre las realidades de las personas? ¿Cómo se leen los datos? La gestión de la LLA ha realizado esfuerzos en explicar el impacto en la macroeconomía pidiendo paciencia a la población. Sin embargo, la caída del consumo impacta directamente en las condiciones de vida de las personas que día a día hacen ajustes, reacomodan sus prioridades y las vuelven a acomodar. Según el INDEC el rubro “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” (que incluye las tarifas de los servicios públicos) fue el que más aumentó en abril, con un 35,6% y le siguieron los rubros de Comunicación (servicios de telefonía e internet), que registró una suba del 14,2%; Prendas de vestir y calzado (9,6%); Salud (9,1%); y Educación (8,6%).
La inflación puede tener diversas causas, como el aumento de la demanda, los costos de producción elevados, la depreciación de la moneda. Lo cierto es que los ajustes fiscales y el congelamiento de salarios, implementados para reducir el déficit y estabilizar la economía, han tenido como efecto secundario una reducción en el poder adquisitivo de la sociedad y una disminución en el consumo interno. Puesto que el gobierno de Javier Milei busca frenar la inflación a través de un shock económico a largo plazo, en lo inmediato provocó una aceleración de los precios, reflejando las dificultades de gestionar una economía que se lleva puesto el bienestar de la población. Según los análisis de un grupo de economistas la combinación de devaluación, ajustes fiscales, congelamiento de salarios y caída del consumo ha generado una espiral inflacionaria difícil de contener, es decir, los índices no muestran un verdadero crecimiento económico.
Mientras Milei grita “Goooooool” (sic) en sus Redes Sociales para celebrar el 8.8 de inflación de abril, Luis Petri acompañó en los festejos argumentando que “no hay relatos, hay hechos”.
Se nos viene a la mente la imagen de la periodista de la BBC News, Ione Wells, en su entrevista con Javier Milei cuando el presidente no supo qué responder ante la pregunta ¿Ud. sabe cuanto cuesta ahora el litro de leche en Buenos Aires?