Ley de bases: se aprobó con apoyo entrerriano
•×Juan Pablo Scattini
[La Ley de bases obtuvo media sanción: el apoyo entrerriano y un futuro incierto]
La Ley Bases obtuvo el primero de los dos pasos que precisa para hacerse realidad. La meganorma emitida por el Poder Ejecutivo, de 232 artículos y que versa sobre diversos aspectos de la vida cotidiana de los argentinos y argentinas, encontró el apoyo de 142 diputados dispuestos a declarar emergencias, ceder facultades, privatizar empresas, modificar los contratos de trabajo, eliminar moratorias y, a contramano de toda promesa de campaña, restituir impuestos eliminados hace menos de seis meses.
Javier Milei, que llegó prometiendo un ajuste a “la casta”, finalmente conquistó su primera victoria legislativa, tras el bochorno de la caída de la Ley Ómnibus. Con su tono habitual, el Presidente dijo que es un “primer paso” y citó a San Martín. Lo que no explicó es quién pagará el costo del tratamiento exprés de una norma que habilita, ni más ni menos, que a una cesión de poder sin precedentes, junto a la posiblidad cierta de que el Estado se reduzca a su mínima expresión. Finalmente “la casta” no serán los grandes empresarios ni los evasores, beneficiados con eximiciones, rebaja de tributos y un blanqueo -que seamos honestos, es una herramienta que cierra la grieta y fue propuesta por todos eventualmente en el gobierno-, sino que serán los trabajadores que no podrán jubilarse por falta de aportes, los empleados que se despidan con una indemnización acotada o los agentes que encuentren que mañana la empresa donde se desempeñan ya no es propiedad de los argentinos, sino que de algún magnate o condominio de socios extranjeros.
Pero no adelantemos conclusiones. A la Ley Bases aún le falta media sanción en un escenario que parece más difícil, el de la Cámara de Senadores. Antes, en este primer round, encontró en la Cámara de Diputados la mano alzada de libertarios -entre ellos el entrerriano Beltrán Benedit-, de legisladores del PRO -incondicionales- y de aliados circunstanciales, a los que les gusta llamarse “oposición dialoguista”, porque brindaron encendidos discursos, arremetieron con reproches y vociferaron advertencias, pero finalmente también colaboraron. En ese lote entraron Miguel Pichetto y socios como Francisco Morchio -espada del frigerismo en el Congreso- y varios dirigentes radicales, que habían anticipado, no obstante, que no acompañarían en particular algunos artículos, como los correligionarios de la provincia, Atilio Benedetti, Pedro Galimberti y Marcela Ántola. En la vereda de enfrente, además de algunos opositores aislados, se ubicó el bloque de Unión por la Patria, que vertió duras críticas a la norma. Todas ellas fueron, oportunamente, esbozadas por los cuatro representantes entrerrianos que tiene la fuerza: Gustavo Bordet, Tomás Ledesma, Carolina Gaillard y Blanca Osuna.
El oficialismo, a sabiendas de la complicación en la que se podía entrar con algunos apartados en particular, intentó sortear la propia regla de la Cámara y votar por capítulo, desoyendo los pedidos fundados de un debate en particular. Una didáctica explicación: votando por capítulo, se mete en la bolsa un grupo de artículos. Generalmente, se hace así, pero cuando hay consenso entre los bloques, que no fue el caso. Más allá de las cuestiones de privilegio y los intercambios feroces con el presidente del cuerpo, Martín Menem, la iniciativa delineada por el Poder Ejecutivo se aprobó casi en su totalidad como la Casa Rosada lo esperaba: con el paquete que desregula, con la facultad delegada de -si es el deseo del presidente- eliminar organismos sin pedir permiso, con la flexiblización laboral corriendo a 100 por hora, con modificaciones al esquema de jubilaciones y con la restitución del Impuesto a las Ganancias, la llave que encontró el gobierno libertario para destrabar el conflicto con los gobernadores. El regreso del tributo -que pagarán otra vez más de un millón de trabajadores y jubilados- tiene como objetivo oxigenar las alicaídas arcas provinciales, habida cuenta de que se reparte por coparticipación. En medio de la asfixia promovida intencionalmente por la gestión de Milei -sólo en Entre Ríos se cortó la obra púiblica, se eliminó el Fondo Compensador del Transporte, se adeudan fondos a la Caja de Jubilaciones y a Salto Grande y se talaron los salarios docentes por la eliminación del Fonid y la Conectividad- su retorno abre la ilusión de que los distritos puedan “manejarse con lo propio”.
El segundo round será en un cuadrilátero más chico, donde hay menos margen de maniobra y en el cual, por el momento, el resultado es incierto. ¿Entrará a jugar la manija de Victoria Villarruel? ¿Cómo responderán los peronistas díscolos, como el concordiense Edgardo Kueider? ¿Habrá una mano salvadora de parte del schiarettismo?
¿Cómo se posicionarán los unibloques? Para subirse el sueldo a $4 millones estuvieron -aunque digan lo contrario- todos de acuerdo, sin distinciones de color. Ahora, con el futuro de un país en sus manos, tendrán que tomar una decisión: o defender los intereses de las mayorías o entregarse a las fuerzas del cielo.