Argentina entre las cuerdas
Disputa de sentidos, agendas y dos modelos distintos sobre el futuro de la patria.
•×Juan Pablo Scattini
[Elecciones 2023]
© Ilus de RepoBandini*
Este domingo la sociedad argentina decidirá quiénes y en base a qué modelos conducirán el futuro del país. El debate presidencial nos dejó algunas pistas sobre cuáles son las principales preocupaciones de los candidatos. ¿Y la de los/as votantes?
El debate en la previa del ballotage entre Javier Milei y Sergio Massa en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dejó tela para cortar. Si bien la principal incógnita pasa por saber cómo se comportará el electorado indeciso -habida cuenta de que se asume que los “núcleos duros” de cada uno ya están garantizados- también trazó la línea discursiva de uno y otro en las últimas horas de campaña antes de la veda que comienza el viernes 17 de noviembre a las 8. Del lado de Unión por la Patria, se intentó instalar un candidato fortalecido, que desplegó sus armas y que pudo incomodar a su oponente. Del lado del libertario, que tiene varios frentes de batalla abiertos, se buscó apelar al papel de la víctima, para esconder lo mal parado que quedó en algunos pasajes del evento del último domingo.
Si bien es difícil hablar de ganadores y perdedores en un debate, incluso aquellas plumas que suelen ser reticentes a reconocer algo del gobierno actual -hoy encarnado en la figura de Massa- dieron por vencedor al ministro de Economía. Su conocimiento, especialmente de la burocracia estatal -punto flojo en Milei, que nunca ocupó un cargo hasta ser diputado, menos en un Poder Ejecutivo- fueron la base para descolocar a su rival. Hubo momentos en los que realmente se lo vio mucho más confiado, apelando al “si o no” para dejar en evidencia la estrategia del tramo post Generales de La Libertad Avanza: tratar de desdecirse sobre una cantidad de medidas eventualmente anunciadas y que ahora, aseguran, no se llevarán a cabo. Así, lo interpeló en relación a la educación pública, a un posible arancelamiento universitario -que por cierto el dirigente de ultraderecha no descartó- o la virtual ruptura de relaciones con potencias económicas y socios comerciales, como Brasil y China. Luego del debate, usó lo cosechado para seguir polarizando contra un oponente que hizo lo que se recomienda no hacer en estos casos: echarle la culpa a un factor externo. En este caso, la tos del dirigente del Frente Renovador y alguno de sus invitados. Algo a lo que también apeló Patricia Bullrich luego del primer debate, cuando dijo que su performance se había visto menguada por una gripe.
Así las cosas, las primeras horas de campaña post debate transcurrieron con un Sergio Massa que se mostró victorioso y que apeló a la versión que más réditos le dio, sobre todo luego de las PASO: hacer anuncios. Habló de una nueva Ley de Ética Pública y dijo que la Oficina Anticorrupción estará en manos de la oposición si es electo presidente. A la par, se ocupó de replicar el apoyo de dirigentes internacionales de renombre, como el presidente de Brasil, Lula da Silva; el mandatario español Pedro Sánchez y el exjefe de Estado uruguayo, José Pepe Mujica. La incógnita pasa por cómo cerrará. Por el momento no hay mayor información, excepto el último examen que rindió ante el círculo rojo este jueves al mediodía, cuando disertó en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP) Ante la consulta de Circular, fuentes de Unión por la Patria eligieron el silencio y reina el hermetismo. Se espera que, iniciada la veda, el candidato a presidente se enfoque en el operativo de fiscalización y el correcto cuidado de los votos en el cuarto oscuro en todo el país. ¿Habrá ayuda radical? Uno entiende que si, especialmente luego de que Mauricio Macri dinamitara todos los puentes con los correligionarios apenas 72 horas después de los últimos comicios.
Similar trabajo encarará Milei, que este miércoles habló en el CICyP y que cerrará su campaña en Córdoba, la tierra que en 2015 le dio el triunfo a Mauricio Macri y que es objeto de disputa. La semana pasada su rival estuvo en tierras de Juan Schiaretti intentando enamorar al electorado del peronismo federal, enemistado hace años con el justicialismo más orgánico. En las últimas horas se apeló a un operativo para acercar las partes de la mano de Estela de Carlotto. Lo cierto es que el distrito es clave y por eso el libertario tratará de mostrar apoyo masivo antes de la contienda electoral.
El debate ciertamente no sacó lo mejor de Milei, sino más bien lo contrario. La sangría de dirigentes otrora alineados con el economista se agudizó, al punto tal que en algunas provincias directamente no hubo nadie que se moviera para hacer campaña por él. En Entre Ríos, por caso, provincia donde tuvo buena cosecha el 22 de octubre, casi no hubo movimientos y tres de los cinco diputados provinciales electos ya se divorciaron del bloque y armaran rancho aparte. Por eso mismo el candidato a la Presidencia canceló la visita prevista para la semana pasada con la promesa de reprogramarla, algo que -como era previsible- no sucedió. Lejos de la versión que lo llevó al estrellato -gritando, vociferando, insultando, enojado, ofendiendo, agraviando- luego del cruce del domingo el postulante libertario quiso jugar el papel de víctima. No sólo le echó la culpa a la tos de Massa, sino que dijo además que no había logrado “sacarlo”. Es decir, admitiendo que, en estado natural, se hubiera enfurecido. Pero nadie puede interpretar un papel por siempre y su verdadera cara se destapó en Rosario, donde al grito de “esto no es para vos, es para la gente”, empujó brutalmente a un periodista que quiso hacerle una pregunta.
El nuevo Massa y el nuevo Milei, con estrategias renovadas tras el debate, se juegan las últimas cartas antes del ballotage. Con un escenario, en la previa, de paridad, resta saber si los cierres les alcanzan para obtener el ancho de espalda y alzarse con la victoria que los lleve al Sillón de Rivadavia desde el 10 de diciembre.
∆ {Curaduría por Equipo Circular}