Entre Ríos en el tablero de la política nacional
El poderío del Interior en un reparto de fuerzas, inédito hasta hoy, traza la Argentina que no soñó el peronismo.
•×Laura Terenzano*
[Política]
© Prensa Gobernación ER
De la mano de Rogelio Frigerio, la provincia será una de las diez gobernadas por Juntos por el Cambio. El nuevo poderío del Interior en el concierto nacional. El Congreso, refugio del peronismo local.
Una nueva configuración de fuerzas comenzará a regir a partir del 10 de diciembre en la Argentina. No será como lo soñó el peronismo, de la mano del Partido Justicialista. Será, paradójicamente ante la posibilidad de un presidente peronista, de la mano de la Liga de gobernadores de Juntos por el Cambio: la nueva plataforma de poder que depositará en Buenos Aires a los mandatarios territoriales para negociar en la Casa Rosada. Este escenario se repetirá si el nuevo presidente fuera, en lugar de un peronista, un libertario. Para ambas posibilidades se preparan los nuevos jefes del Interior.
Rogelio Frigerio (JxC) será uno de los diez nuevos mandatarios que deberá lidiar con la nueva Argentina política. Junto a él, batallarán Maximiliano Pullaro de Santa Fe; Ignacio Torres de Chubut; Claudio Poggi de San Luis; Gustavo Valdés de Corrientes; Alfredo Cornejo de Mendoza; Jorge Macri de CABA; Marcelo Orrego de San Juan; Leandro Zdero de Chaco; y Carlos Sadir de Jujuy. Todos ellos comenzarán sus gestiones siendo oposición y protagonizando por primera vez la fuerza mayoritaria en el país. Paradójicamente, una vez más, sin un liderazgo espejo en la Nación.
Para el peronismo nacional, quedarán dos posibilidades: el Congreso de la Nación como refugio de su bancada; o el Poder Ejecutivo, con minoría en las provincias. Siete distritos quedaron en mano del Partido Justicialista: La Pampa; Buenos Aires; La Rioja; Formosa; Catamarca; Tucumán; y Santiago del Estero. El resto quedó en manos de fuerzas provinciales. Con este panorama, Sergio Massa o Javier Milei, quien se convierta en el nuevo mandatario, deberán apostar a la búsqueda de consensos para llevar adelante un gobierno nacional con un escenario de reparto de fuerzas inédito hasta ahora. Nuevos modos de vincularse se empezarán a conocer entre Nación y las provincias.
Para el peronismo entrerriano, ser oposición será toda una novedad en los tiempos que corren. Desde hace veinte años, domina la geografía local a gusto y placer, con hegemonía en territorios históricos como Concordia, que dejará de ser su bastión después de 40 años. El Congreso nacional será el refugio para el PJ local que contará con cuatro bancas, una de ellas, en teoría, ocupada por el todavía gobernador Gustavo Bordet, quien desembarcará en Buenos Aires como representante territorial. El destino de Bordet dependerá, en buena medida, de los resultados del 19 de noviembre. Si gana Massa, sus posibilidades de sumarse al Gabinete son altas. Frigerio gobernaría con Bordet comandando en Nación. Las buenas formas primarán de aquí al 10 de diciembre.
Aunque en términos de padrón electoral Entre Ríos representa muy poco en el total país, un 3.2%, su peso político de los últimos veinte años fue creciendo. Desde la gobernación de Sergio Urribarri y su vinculación con el gobierno nacional del kirchnerismo hasta los ocho años de Bordet, incluyendo el primer mandato en el que tuvo que lidiar con la presidencia de Mauricio Macri, la provincia supo instalarse como referencia política, en buena medida por su cercanía geográfica con la capital. En la Argentina de 2024, parece tocarle también un rol protagónico.
El gobierno de Frigerio será mirado y auditado como modelo de gestión y, probablemente, termine convirtiéndose en icono del discurso de la Liga de Gobernadores. Si logrará ese objetivo, todavía es una incógnita.
∆ {Curaduría por Equipo Circular}
