domingo, 30 de junio de 2024
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Gente de a pie

Es el título de una poesía y también es un texto sobre las gentes pequeñas.

•×Ana Hernández

[Ensayo]

© Ilus de Erica Gómez*

Este es un ensayo sobre la reivindicación del linaje, de los sin tierra, los olvidados, del panadero experto en amaneceres y dueños del fuego.

La gente de a pie es la misma que se conduce en bicicleta usando broches de tender sobre la botamanga del pantalón como una estrategia para que no se enganchen sus sueños por tanto pedalear. Es una síntesis perfecta. Es la mejor metáfora para quienes se quedan con la ñata atrás del vidrio, y es a quienes les dedicaría la cigarra cantando al sol. Una cigarra sobreviviente que vuelve de la guerra.

En nuestro folclore cultural siempre hay algo de síntesis del Fierro andariego, el pucho armado; la guitarra y el vino, pero también de quien no tiene más que su despojos. Gaucho andariego; desposeído una y otra vez como cosa de mandinga. Hoy somos lo que no fuimos ayer y somos desde la pandemia un poco más seres individuales que navegamos en los túneles del miedo, facilitando a los totalitarismos que quebranten toda la psiquis del planeta. Los sin techo, trabajo y tierra.

La tierra, el pan y el vino

Si buscamos en la historia de nuestro país existen antecedentes de leyes que regularon las relaciones entre propietarios e inquilinos. Durante la presidencia de Hipólito Irigoyen, el Congreso nacional sancionó la Ley de Emergencia 11.157. La norma promulgada en 1920, fijó la congelación del precio de los alquileres por el plazo de dos años. La oposición de los partidos conservadores y los principales medios de comunicación fue contundente y se basó en la “inconstitucionalidad” de la normativa. Parte de la crítica apeló al artículo de la Constitución que establecía que “todos los habitantes de la Nación tienen el derecho de disponer de su propiedad”. El tema llegó a la Corte Suprema y el máximo tribunal consideró su constitucionalidad en 1922.

La mayoría de los historiadores pintaron la situación de ese momento como dramática. Cientos de familias se vieron imposibilitadas de pagar el alquiler y “quedaron en la calle”. Los inquilinos/as realizaron protestas y el gobierno impulsó la ley con el apoyo del Partido Socialista, entre otros. Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, se mantuvo el congelamiento de los precios de los alquileres y en 1948 se sancionó la Ley 13.512 de Propiedad Horizontal que dio el beneficio a los inquilinos/as otorgándoles prioridad para la adquisición de la propiedad que ya arrendaban.

Parte del paisaje 

En el presente nos encontramos con la gran paradoja de casas vacías y millones de personas sin hogar. Hoy el dólar-agro soja se invierte en la construcción de seudos edificios y desarrollos inmobiliarios en zonas urbanas sin planificar.

El último censo nacional (de Población Hogares y Viviendas – INDEC 2022) fue contundente en sus resultados y nos mostró un escenario lapidario: hay cerca de 3,5 millones de familias con problemas habitacionales.

Poco después del amanecer este 14 de octubre en una sesión que se prolongó hasta pasadas las 5 de la mañana, la Cámara de Diputados dio luz verde a una nueva legislación relacionada con los contratos de alquiler. Esta reforma, que modifica la ley vigente desde 2020, presenta cambios destacados. En primer lugar, se reduce el período de ajuste de los valores de los alquileres de un año a seis meses. En segundo lugar, se reemplaza el coeficiente de referencia.Este nuevo índice a aplicar se basa en el indicador más bajo entre el promedio de la variación salarial del último año y el promedio de la inflación durante el mismo período.

Estas modificaciones no impactarán significativamente en la crítica situación actual del mercado de alquileres, caracterizado en los últimos años por una oferta escasa y aumentos desmedidos. Como resultado, el aumento en los alquileres estará más vinculado a los salarios que a la inflación. Lo cual dejó disconformes a los propietarios.

Desde estos datos se desprenden numerosas aristas que a la hora de construir viviendas sociales podrían garantizar mejores condiciones de habitabilidad, orientadas a mejorar los estándares de sustentabilidad así como posibilitando la reducción del Índice de Prestaciones Energéticas. El mercado de la construcción e inmobiliario no contribuye para nada a la reducción del déficit habitacional preservando la calidad de vida de los habitantes solo  está especulando y apostando a la rueda financiera.

En síntesis, nuestro país debe ir hacia un modelo de construcción más sustentable, con menores costos, recursos amigables con el medio ambiente y desde un enfoque de la accesibilidad. La Casa propia como un sueño o la casa como objetivo al final del camino es un relato que pertenece a otras décadas en la historia argentina. El acceso a la vivienda es un derecho, sin embargo hoy es un lujo negado del que nadie habla.

 

∆ {Curaduría por Equipo Circular}


CRÉDITOS
Erica Gómez* es Profesora de Artes Visuales. Se inició como educadora y en la actualidad también pinta y explora el mundo del grabado. En sus obras trabaja para impulsar la conciencia social y sostenibilidad ambiental. Vive en Monte Grande, Buenos Aires.
Instagram: @soyericasol

 

 

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