viernes, 16 de mayo de 2025
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Productividad en tiempos de nómadas digitales

Tecnologías, trabajo, hiperconectividad y cambio cultural. 

•×Estefanía Jaen Frank

[Tecnologías y salud mental]

 

© Ilus de Nadia Sur*

 

Desde el teletrabajo a esta parte, Internet y las nuevas tecnologías hicieron que los nómadas digitales desafíen las nuevas prácticas y normativas laborales, pero también las narrativas de su impacto en la salud mental. ¿Adaptabilidad, cambio incesante y vidas felices?

 

Nuevos vocablos aparecen en nuestro diccionario, son anglicismos que encontraron su castellanización para ponerle nombre a síntomas, a nuevas formas de trabajar pero también al devenir emocional. Términos que se van instalando como hábitos atraviesan a los nómadas digitales, burn-out o quemar la salud mental, hustle culture o la cultura del trabajo arduo. Todo ello en pos de sentirse más productivo. 

 

Se tiende a vincular a nómadas digitales con el aumento del tiempo personal, familiar, de ocio y de entretenimiento. Algunas personas tienen una óptica escéptica acerca de la posibilidad de trabajar frente a una pantalla. Lo cierto es que la modalidad de nómadas digitales existe. Y con ellas, las problemáticas de salud mental asociadas al trabajar en todas partes y a la vez en ninguna en particular, también. “Nuevas tecnologías para ahorrar tiempo hacen que una mayoría de trabajadores sean más productivos, no más libres”, que una diversidad de placeres no son más que vacíos que deben ser llenados por algo más definido, más productivo o más veloz, es lo que vaticina la escritora Rebecca Solnit en sus reflexiones sobre `caminar como un arte para volver a sí y de cómo los momentos de disfrute pierden su protagonismo a causa de la deuda constante con la productividad´.

 

Si bien ser nómada digital permite trabajar en forma asincrónica e incluso para múltiples demandas, muchas veces a ritmo personal, también significa permanecer en conexión en todas partes pero en ninguna a la vez.  El trabajo de nómadas digitales añade una característica propia de los nuevos modos de productividad: la hiperconectividad, que apunta a intentar estar presente en todo lo que sucede desde una pantalla. Entre sus potencialidades están la posibilidad de informarse sobre diversos temas y, con ello, contribuir a la democracia a través del derecho a la comunicación. Sin embargo, esa urgencia de lactancia digital trae aparejadas cuestiones de salud mental que no deben ser descuidadas.  “La constante disponibilidad resulta por momentos excesiva. Se acude a la demanda de manera inmediata desde un WhatsApp o un email, que genera grandes cuestiones respecto a la ansiedad”, explica la psicóloga Verónica Martin. “Hoy en día no se discrimina qué cuestiones pueden ser inmediatas reales y cuáles no. Los tiempos de espera han variado. Por lo tanto, la ansiedad, la frustración y el miedo son el resultado de estos productos que nos sumergen en la demanda automática”, enfatizó. 

 

Argentina presenta dificultades en términos de estadísticas sobre la vida de nómadas digitales. Cabe enfatizar que en nuestro país aún no existe una regulación sólida sobre el mundo de Internet. Algunos intentos legislativos vinieron en paralelo con los modos de trabajo durante la pandemia, como la Ley de Teletrabajo que autorizaba reemplazar la presencialidad por la labor remota si era requerido. Por otro lado, si hurgamos un poco más en las normativas, la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina estableció la disposición DNM N° 758/2022, que entiende a nómades digitales como “extranjeros nacionales de países que no requieran visa de turista para ingresar al Territorio Nacional, a los fines de prestar servicios de forma remota la utilización de medios informáticos, en favor de personas jurídicas o físicas domiciliadas en el exterior”. Este breve repaso estadístico y programático permite entender que aún existen áreas grises y, por lo tanto, zonas de inestabilidad en relación a labores independientes (o freelance), en relación de dependencia, informal o con contratos endebles en el marco del trabajo remoto. 

Sin la existencia de marcos normativos al resguardo de personas detrás de computadoras, celulares y pantallas que hoy son la nueva oficina, la precarización laboral y el deterioro emocional gotean en ese espacio. En este aspecto, Martin expresa: “Los grandes cambios, modalidades y movimientos en relación a la productividad, que vienen surgiendo incluso desde antes de la pandemia de Coronavirus, trajeron nuevas formas de pensarnos y necesariamente nos convocan a realizar adaptaciones a nuestros esquemas mentales”.  

 

Por su parte, Solnit es enfática al señalar que el tiempo, la memoria y la mente son inimaginables sin dimensiones físicas, porque sin estas últimas lo aprehendido no puede ser situado. Entonces ¿qué sucede con la salud mental cuando los espacios y los tiempos de productividad fluctúan? “El sentido de pertenencia representa una cuestión muy marcada en nuestra sociedad . Somos seres sociales, en constante aprendizaje unos de otros. Esto no deja de ser una convocatoria a trabajar desde la individualidad”, argumenta Martin. En ese aspecto, la fluctuación del espacio físico como ámbito de trabajo “podría representar la falta de pertenencia, como así también cierto desorden en relación a los hábitos, en la separación de la vida laboral respecto de los roles ejercidos y los que pertenecen al ámbito privado”, explica la profesional de la salud mental. 

 

La modalidad nómada apunta a un movimiento incesante, a la posibilidad de establecerse sin plazo de tiempo, a una práctica de hábito que es renovada en cada espacio donde la persona se ubica. La adaptabilidad es el recurso por excelencia del humano, pero una dificultad en su desarrollo podría generar otras consecuencias físicas y cognitivas. “El cambio constante implica una necesidad de poder asimilar y acomodar para poder adaptarse a este nuevo estilo de productividad, como lo son los nómadas digitales”, señala la profesional y agrega: “Si no sucede, podría  ocasionar cierto desorden en sus actividades cognitivas y conductuales”. Gracias a la deconstrucción del prejuicio de la atención a la salud mental, hoy es posible socializar las experiencias emocionales que atraviesan a las profesionales sin la mirada prejuiciosa. Las nuevas modalidades de trabajo configuran otros sentidos de pertenencia, desdibujan el ideal del espacio físico como garantía de producción y aportan la posibilidad de navegar en el ecosistema digital desde cualquier punto geográfico y de dispositivos.  El movimiento de nómadas digitales indican que la fluctuación constante en los modos de producir y de productividad no se arraigan a un espacio físico, aunque éste sea el ordenador de los hábitos de la persona. El énfasis, entonces, debe estar puesto en cómo ordenar el espacio ordenador de nuestros modos de ser, convivir, trabajar y existir: la salud mental. 

 

∆ {Curaduría por Equipo Circular}


CRÉDITOS
Nadia Sur*  es fotógrafa aficionada, está terminando la Lic en Artes Visuales en la UNA. Vive en Cañuelas. Es una de las nuestras e integra el Staff de Circular
Instagram: @nadia.sur

 

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